Después de años complejos de pandemia, dificultades económicas y malestar social, nuestro Gobierno recuperó la estabilidad y le dio dirección al país. Chile –y por supuesto nuestra región- es como un gran tren y a los trenes hay que cuidarlos, modernizarlos, abrirles nuevas rutas y hacer que todos se suban a él. Nuestro Gobierno, liderado por el presidente Gabriel Boric, combate la desigualdad y trabaja por una vida digna para las mujeres, niños, niñas y jóvenes, personas mayores, trabajadoras y trabajadores, para todo el pueblo de Chile. Avanzamos también con el sector privado, a quienes demandamos mayor compromiso con la construcción de un país más justo. Comienza ahora un segundo tiempo en el que, con trabajo y responsabilidad, se detuvo la inflación que tanto afectó a los bolsillos, la economía crece y surgen más empleos. Las críticas han ido quedando atrás y hoy contamos con mejores expectativas para el desarrollo de todos y todas. Aprendimos que las trincheras no sirvieron para solucionar problemas de fondo, y que la unidad es la posibilidad de resolver temas tan urgentes como subir las pensiones ahora, de quienes hoy no tienen para pagar el pedido del supermercado o sus remedios, y también de aquellos que mañana buscan tener una vejez tranquila. Es la oportunidad para ponerse de acuerdo y financiar las soluciones que tantos esperan hace décadas. El segundo tiempo parte con tres prioridades: seguridad, crecimiento y que suban ya las pensiones. Además, el presidente Boric nos mandata a avanzar construyendo más y mejores hospitales como en Villarrica o Lonquimay, más puentes, carreteras, escuelas y comisarías. No es novedad que una parte de la oposición haya tomado la decisión de negarle la sal y el agua al Gobierno, actitud con la que nos dañan como región y como país. Critican por criticar o por algún pequeño cálculo electoral, pero son los hechos los que los desmienten: estamos avanzando porque mientras algunos decían que en nuestra zona sur sólo aumentarían los conflictos, los hechos de violencia rural –en la realidad- han disminuido en un 42%. Donde antes había que pagar para recibir salud, hoy hay gratuidad con el Copago Cero de Fonasa. Donde antes había irresponsabilidad, hace justo 1 año tenemos la Ley “Papito Corazón” y podemos afirmar que 114.000 familias que vivían allegadas, hoy tienen su casa propia (sólo en nuestra región son más de 7 mil familias). Empezamos el periodo con un sueldo mínimo de $350.000 y ya estamos llegando a los $500.000. Recibimos el país con un 9,4% de inflación y hoy es cerca de un tercio, 3,2%. Donde antes había abandono de las líneas férreas, ahora avanzan los trenes más modernos y veloces de Sudamérica. Hay otros que, aunque no piensen igual que el Gobierno, se han abierto al diálogo y eso lo valoramos porque esa es la actitud que sirve sobre todo a las familias que más lo necesitan. En definitiva, estamos cumpliendo. Porque Chile y La Araucanía deben ser un tren que avanza por ti, por tus hijos, por tus abuelos, por todos y todas. Chile avanza contigo. Esa es nuestra convicción, para eso estamos y seguiremos trabajando con el mayor de los compromisos, día tras día. Porque este tren que avanza lo impulsamos unidos entre todos.